Que lindo fue escuchar a Maria Teresa Andruetto hablar sobre mi abuela Eva como solo ella sabe hacerlo.
Y para agregar a tu hermoso relato.
Cuando Eva ya estaba agonizando, por decisión propia comenzamos a darle
junto al médico pequeñas dosis de morfina…apurando la muerte. Con mi
mamá la acompañábamos en su cama…En un momento la escuche balbucear
algo…comenzó a susurrar champagne champagne, me levante y le dije a mi
mamá lo que sucedía y ella me dijo y dale. Fui a la heladera y como
siempre había, le lleve el champagne a su cuarto y le mojé los labios
con la burbujean-te bebida…y cuando sintió el sabor en su boca, se
despertó de su agonía y exclamó una AHHHHHHH como diciendo esto es
vida!!!! Y luego volvió a su mundo, viaje a la muerte hasta el otro día
en el que murió.
Este fue mi último contacto con ella. Muy Eva, y para mí fue una gran síntesis de toda su vida. Al final tenía razón en todo lo que decía que por ahí parecían delirios, pero cuando dijo hasta acá llegue, y cumplió con su palabra…muy práctica y decidida como siempre…muy autentica EVA.
Gracias Tere