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“LOS CAMBOYANOS TENÍAMOS UNA MÍSTICA, ÉRAMOS UNA PROLONGACIÓN DE LA GENTE EN LA CANCHA”

Los Camboyanos fue un equipo histórico del Club Atlético San Lorenzo de Almagro de fines de los ’80. Era denominado así porque el club atravesaba una crisis económica que no permitía entrenarse en condiciones, no tenía cancha, no se cumplían los contratos, ni había agua caliente en las duchas , y a pesar de todo esto el equipo no se resentía en su funcionamiento futbolístico.

Se dice que la idea del nombre de Los Camboyanos surge del lateral derecho uruguayo Luis Malvárez, que en esos tiempos de condiciones miserables de trabajo, dijo una vez en el vestuario: “Somos como los camboyanos, estamos solos y no damos nada por perdido”.

La situación se agudizó en 1986, y en ese marco tan triste para San Lorenzo, surgió un grupo de jugadores que le pusieron el pecho a esta adversidad y que pasó a la historia con el mote de “Los Camboyanos”. Su mayor virtud fue que no se amilanaron en la adversidad, por el contrario se agrandaron, sufriendo todo tipo de vicisitudes que en tiempos de profesionalismo parecían no existir.

Los Camboyanos nos regalaron tardes inolvidables, con momentos de buen fútbol y también ganando partidos (varios clásicos, esos que la gente no olvida nunca más) con la tradición del estilo histórico de San Lorenzo: atacando, yendo al frente, llevándose a los rivales por delante, con dignidad, con coraje, con valentía. Como un auténtico Ciclón.

«Sentado un día en el vestuario le digo a Marchi que estaba al lado mío: Turco ¿sabés qué? Nosotros parecemos guerreros, camboyanos, vivimos en el lodo, vivimos en los problemas, en los quilombos. Ese camboyano que se tira en la selva y que quiere pelear y va al frente siempre; creo que nosotros somos eso, Los Camboyanos».

Una anécdota los pinta de cuerpo entero: antes de un recordado triunfo ante Temperley en el sur, un domingo tórrido e infernal, en los vestuarios, Leonardo Madelón se lamentaba por el calor inaguantable, agobiante, insoportable. Claudio Gugnali le dijo: “Mejor. No sólo quiero que haga calor ahora. También que llueva en el entretiempo y truene en el segundo. Si nosotros andamos mejor cuando peor está todo…”

Este tipo de relatos fueron forjando la leyenda. Pero es justo y necesario enaltecer futbolísticamente a Los Camboyanos. En las diversas reencarnaciones de ese proceso, no sólo se vio un grupo de leones aguerridos que mordían en todos lados, trababan con la cabeza y dejaban la vida en el verde césped.

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